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12/25/2016 by marianotinti
En la primera parte de este artículo analizaremos una serie de hábitos muy comunes de manejo animal que redundan en el maltrato rutinario de la hacienda. Estos hábitos de manejo responden a una costumbre, cuando se podría hacer mucho mejor.
No agredir a la hacienda
La agresión incluye desde el ataque físico, como el acoso de los perros, los azotes o la picaneada, hasta la presión psicológica, como los gritos, el aspaviento, el acoso o incluso la mala actitud hacia los animales. Un empleado que maltrata a la hacienda la pone nerviosa con su sola presencia.
Mucha gente cree que sólo se puede manejar la hacienda mediante la agresión, lo que es un error. La hacienda no responde bien a la agresión, más bien sucede lo contrario. Responde bien si se le impone respeto, algo muy distinto de maltratarlo. Si se los sabe guiar, harán lo que se necesite de ellos sin necesidad de violencia. Si pretendemos maltratarlos se harán más difíciles de manejar.
No hacinar a la hacienda
Cuando no se sabe mover la hacienda aprovechando su impulso natural a la fuga, se opta por reducir su espacio. Esto se nota en el hábito de llenar al máximo los corrales. Luego, es mucho más difícil hacer que los animales sigan adelante, porque no encuentran fácilmente la salida. A veces están tan asustados que ya no buscan salir sino apiñarse para protegerse de lo que perciben como un ataque de nuestra parte.
Por otra parte, en la manga, siempre debe haber suficientes animales para que estos puedan moverse levemente hacia atrás y hacia adelante.
No empujar la hacienda desde atrás
En general, los animales que quedan atrás de cualquier lote son los más débiles. Es imposible que un animal rezagado, que suele ser cola, empuje a uno de adelante, que suele ser dominante o líder. Como no quieren meterse entre las patas de los más fuertes, los débiles terminan por detenerse. Esto sucede en el trabajo de corrales tanto como en el arreo de tropas.
En corrales, es mucho más sencillo trabajar la hacienda de adelante hacia atrás, dejando pasar solamente la cantidad de cabezas que uno necesita que se adelanten.
Los animales que van a la cola se mueven hacia adelante por la atracción de los dominantes, que forman el cuerpo de una tropa, y no porque haya alguien empujandolos
Recuerda leer nuestro otro artículo sobre manejo animal!
Manejar el ganado y conocer su comportamiento
Adaptado de: Ph.D. Dr. Giménez Zapiola M. (2001). Los 7 hábitos más caros del maltrato animal. Informe Ganadero, Nº 501.